Cuando estaba ingresada en el hospital, la noche antes de mi operación, recordé la más increíble de las sensaciones que he vivido; la de amamantar.
Es indescriptible lo que se siente...
Un día estaba duchándome, mi bebé estaba en la cuna, ya casi le tocaba comer. Oí su queja en la distancia y casi al instante brotó de los pezones el "aguita de coco".
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