PILATES Y DANZA BRASILEÑA

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sábado, 29 de diciembre de 2007

LUCHA CONTRA EL DOLOR Y EL SUFRIMIENTO


LAS ACTITUDES POSITIVAS Y CIERTAS TÉCNICAS PSICOLÓGICAS AYUDAN A MITIGAR LA TRISTEZA PRODUCIDA POR EL DOLOR CRÓNICO. Por Jenny Moix Queraltó.

Levantarse con dolor un día tras otro es, desgraciadamente, una experiencia que sufre aproximadamente una de cada cinco personas en nuestro país. El dolor crónico es un síntoma común a muchas patologías: lumbalgias, cefaleas...

El dolor no anda solo, sino que, en muchas ocasiones, va cogido de la mano de la tristeza, del sentimiento de inutilidad, de la pérdida de ilusiones, de incomprensión... Y todas estas emociones, su vez, aumentan nuestro dolor.
"...yo también me voy envolviendo en una soga, convencida de que no es la mía, una soga que me inmoviliza cada vez más..."
(`canción de Dorotea´, de Rosa Regás)

Todos conocemos la potencia que tienen nuestros pensamientos para provocarnos diferentes emociones. Y sobre todo las personas que lo padecen saben muy bien cómo estas emociones afectan a su nivel de dolor. Los días que estamos más estresados y nerviosos, el dolor, inevitablemente, aumenta. Esta impresión de nuestros pensamientos, a través d las emociones, pueden aumentarlo o disminuirlo, no es simplemente una sensación, sino que hay mucho estudios que la confirman. Se ha demostrado que las personas que tienen un tipo de pensamiento más catastrofistas son las que puntúan más alto en las escalas de dolor. Si lo pensamientos negativos lo agudizan, lo que tenemos que hacer es eliminarlos. Estas personas están hartas de que se les diga frases como " no debes pensar así", "no pienses de forma tan negativa", etcétera. Sin embargo, eliminar pensamientos es muy difícil; sólo hace falta que nos digan que no pensemos en un elefante rojo para que éste no quiera salir de nuestra mente. Las técnicas psicológicas, más que ayudar a eliminar estos pensamientos, nos enseñan formas de detectarlos y distanciarnos de ellos, lo cual, aunque no los elimina, sí reduce sus nefastos efectos.
"La vida no es una carrera, sino un tiro al blanco; lo que importa no es el ahorro de tiempo, sino la capacidad de encontrar una diana" (Susana Tamaro)

Cuando sufrimos dolor, necesitamos más tiempo para llevar a cabo cualquier actividad. Esta falta de horas lleva a muchas personas con dolor crónico a caer en dos grandes trampas. La primera es que, para poder cumplir con todas las obligaciones, lo rimero que se elimina de la agenda son las actividades placenteras. Así, cuando estas personas se despiertan por la mañana no sólo les aguarda un día con dolor, sino un día sin ninguna ilusión. La segunda trapa es que el día en que sienten menos dolor aprovechan para cumplir con todas las obligaciones que tienen pendientes, lo cual provoca que al día siguiente, como consecuencia del sobreesfuerzo, todavía sientan más dolor. Por ello es tan importante aprender técnicas que nos ayuden a organizar mejor nuestro tiempo. Técnicas que, por ejemplo, consisten en eliminar actividades que son producto de nuestras autoexigencias, delegar tareas, incorporar pequeñas pausas en todas nuestras acciones, redecorar aspectos de nuestra casa o de nuestro lugar de trabajo para que todo resulte más fácil y rápido.
"Contra los valores afectivos no valen razones, porque las razones no son más que razones, es decir, ni siquiera verdad" (Miguel de Unamuno)

El dolor muchas veces supone renunciar a muchas actividades que nos satisfacían, o incluso dejar de trabajar; es como si nos impusiera parar el curso en el que iba transcurriendo nuestra vida. En esta parada, mucha gente se siente totalmente perdida, no sabe hacia donde ir, qué hacer;es como si le faltara algún tipo de guia que le indicase el camino a seguir. Sin embargo, existen personas que, aunque obviamente no quieren sufrir dolo,le están agradecidas porque les ha ayudado a ver lo que es importante y lo que no. De repente, por ejemplo, valoran más a la familia o las amistades, y relativizan el tener la casa más limpia o menos, y muchas autoexigencias de este estilo. Las técnicas psicológicas pretenden ayudar al primer tipo de personas a que lleguen a recolocar sus valores como lo hacen los que logran crecer con el dolor. Ejercicios que nos animan a preguntarnos sobre muchos aspectos de nuestras vidas: ¿qué valoramos? ¿Realmente nos comportamos de manera coherente con nuestros valores o nos dejamos arrastrar por el día a día? Las respuestas, muchas veces, son paradógicas; por ejemplo, personas que dicen valorar mucho la amistad pero hace siglos que no llaman a sus amigos, o las que afirman que por encima de todo está la familia y, sin embargo, el tiempo que están con los suyos es practicamente nulo. ¿En qué se basa esta incongruencia? Quizá digan valorar algo que en el fondo no valoran, o quizá no tengan en cuenta sus valores cuando eligen los caminos por los que transcurren sus vidas. Es indispensable reducir esa incongruencia, porque se traduce en emociones negativas.

El dolor genera tensión muscular, y ésta, a su vez, aumenta el dolor. Para cortar ese círculo, nada mejor que la relajación. Es recomendable practicarla una vez al día, a ser posible, siempre a la misma hora. Existen muchos tipos de relajación. Una de las más utilizadas es la relajación de Jacobson. Consiste en tensar y destensar los diferentes grupos musculares de nuestro cuerpo. Ejercitar la relajación no solamente disminuye el dolor mientras lo practicamos, sino que nos ayuda a detectar cuando nuestro cuerpo está en tensión y relajarlo
"Una alegría compartida se transforma en doble alegría; una pena compartida, en media pena" (proverbio sueco)
Podríamos pensar que la queja más habitual de las personas con dolor crónico es precisamente su dolor, sin embargo, no suele ser así; normalmente, de lo que más sufre es de incomprensión. ¡Ojalá se inventara un termómetro que midiera el dolor! Así, las personas queridas, los médicos, los compañeros..., podrían darse cuenta de su nivel de dolor. Debido a la incomprensión, muchas veces se sienten aisladas, y por ello es necesario enseñarles caminos para acabar con este aislamiento. La idea principal radica en que debemos ser nosotros los que nos acerquemos a los demás; si queremos que los otros nos comprendan, debemos ser nosotros los que entendamos primero la falta de comprensión de los que nos rodean.
"Un viaje de mil millas comienza por un simple paso"
(proverbio chino)

Es usual que los libros o artículos de crecimiento personal nos inviten a reflexionar sobre posibles mejoras en nuestras vidas; no es menos común que estas reflexiones se queden en simples ideas que nunca se traducen en cambios reales. Esta falta de concrección se debe a dos motivos: el primero es que somos animales de costumbres y, al acabar la lectura que nos ha generado nuestras ideas, nos sumergimos de nuevo en nuestra rutina y nuestras reflexiones quedan relegadas al olvido. El segundo radica en que suelen ser reflexiones muy generales, del tipo " tengo que delegar actividades" o "tengo que encontrar alguna afición que me haga ilusión", y son ideas tan sumamente amplias que difícilmente se traducen en cambios puntuales. Es necesario concretarlas al máximo, como "el lunes empezaré a buscar una señora que me ayude con la plancha". Cuando son tan concretas,nos puede parecer que no supondrán grandes mejoras en nuestras vidas, pero éstas pueden constituir el primer paso del camino de mil millas.





























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